viernes, 30 de mayo de 2008

Edu piensa en mar y envía esto:

"CADA UNO MIRA EL MAR A SU MANERA,HACIA CERCA O HACIA LEJOS, ACECHANDO EL VAIVEN, ESPERANDO O TEMIENDO "

Pablo Neruda, Una casa en la arena

lunes, 26 de mayo de 2008

Escenografía va

Lunes helado. Vamos con Barb al taller de Manuel Ameztoy en Villa del Parque. Está recién mudado y hace más frío en su casa que afuera. Hay dos gatos que nos revolotean. Son espléndidos. Tomamos mate con bufandas y camperas.

-Los posibles materiales que se nombraron durante la conversación para usar en la escenografía fueron: Espejos, nylon de vela de barco, cables de acero, goma espuma de alta densidad, madera

-Los colores: Blanco, gris, turquesa, verde, amarillo, arena

-Objetos que se citaron al pasar: Carpa de Mar del Plata, Cabo Polonio, Galpón de chapa, Champagne, Bistec, Hamaca paraguaya, club de fans, palmeras, dunas, Guggenheim, Hotel Plaza, pañuelos de papel tissue.

jueves, 15 de mayo de 2008

domingo, 11 de mayo de 2008

Ensayo 8-04-08

Un texto

Hoy
no iremos al mar
porque el mar es la memoria
de algo sagrado
que no podemos descifrar
y nos golpea.
Hoy
no iremos al mar
porque el mar es una extensión ondulante
una canción a la eternidad
que no sería justo interrumpir con nuestro pasajero
repetido grito.
Hoy
no iremos al mar
porque el mar es anhelo y congregación de deseos
que no podré realizar.
Hoy
no iremos al mar porque ver esas aguas abiertas
(hacia el cielo fluyendo, hacia el cielo fluyendo)
despertaría de nuevo nuestro ancestral instinto
de cruzarlas
y eso no puede ser.
Hoy
no iremos al mar
porque es intolerable
la visión de tanta vida y grandeza llegando
hasta nuestros pies encadenados.
Hoy
no iremos al mar
porque en el mar hay siempre un adolescente
que exhibe la inminencia de estar vivo
y eso ya no lo podemos tolerar.
Hoy
no iremos al mar
porque ver el mar es reconocernos.
vamos, pues, rumbo al mar.

Reinaldo Arenas, ´Otra vez el mar´

María manda esto (no especifica a quién cita)

...presenta al narrador de pie sobre un peñasco, relatando sus historias al océano que tiener ante él. El océano le escucha, dulcemente agitado, fascinado. En cuanto termina una historia debe surgir otra de inmediato, porque no existe una palabra final. Y la alegoría nos anuncia con fuerza: " Si un día el narrador se calla, o si lo hacen callar, nadie es capaz de predecir el océano.."
Este lugar imponente supone una condición que la mayoría de nuestros contemporáneos encuentra dolorosa: el narrador no debe hablar jamás de sí mismo. Es una regla de oro. Incumplirla es permitir que el océano barra la roca despreciable sobre la que un hombre, un día, se consideró digno de ser contado.

Sangre-Sudor-Lágrimas-El cuerpo no segrega nada dulce, pienso..

Dios mío
(o algo por el estilo),
Y no poder partir.
Y no poder decir esto que digo.
Y no poder gritar siquiera no.
Y no poder siquiera dejar de continuar.
Y no poder aceptar ni renunciar.
Y no poder despreciar.
Y no poder al menos reventar.
Y no poder desear ni dejar de desear.
Y no poder olvidar.

Sobre
la piel
que mata todas las filosofías,
sobre el tiempo que reduce las
aspiraciones a un lema, sobre las
manos que no desean lo que sudan
obtener y sudan.

Reinaldo Arenas, ´Otra vez el mar´.

Ensayo 24-04-08